martes, 2 de marzo de 2010

Bar bar, lo que es bar, bar.... BAR




Mientras Cabañas deja el hospital y los medios van dejando de darle vueltas y vueltas al caso, hay que pensar qué queda:

- 8 personas libres bajo fianza, acusadas de encubrimiento, a pesar de que al final confesaron bien y bonito, uno de ellos un lavabaños al que todo mundo entendería que se hubiese rajado al principio.

- Un gerente en el bote, acusado de… ¡coparticipación en el homicidio!

- Una Procuraduría del DF que, en el mejor estilo mexicano, mientras busca al que la hizo, ya tiene quién se la pague.

- Un bonche de medios de comunicación clamando justicia tan a ciegas que les parece bien que encierren a los meseros y hasta guaruras que dejaron ir al asesino… a ver quién es el guapo que se le hubiera puesto en el camino a un tipo al que le salen cada vez más conexiones mafiosas.

- Una sociedad que está segura que si eres un campeón goleador, por lo menos tu intento de homicidio va a ser aclarado a como dé lugar… si no, pues no.

- Una grupo de famosos que bien se pueden estar preguntando con quién anda echando copas los fines de reventón.

- Algunos juniors que ahora están convencidos de que lo menos que puede hacer su papá es mandarlos al antro con un coche de “guarros”.

- Un futbolista que quién sabe si se restablezca por completo, pero a quien muchos también acusaron por andar de “borrachote”, que si la imagen del deportista, y varias toneladas de estupideces santurronas buscando auto tranquilizarse, si le dieron un tiro seguro de algún modo se lo buscó.

- … y el que “le jaló” al gatillo de la pistolita, hasta ahora el único posible criminal, ese por supuesto “huido”.



La farsa de la Procuraduría consiste en que sabe que sólo está creando una estrategia para mantener a raya a la masa linchadora, dejando en la cárcel a un tipo, con una acusación que jamás va a prosperar, ni con el más idiota de los jueces. Pero como en México basta ello para encerrarte un año en lo que pruebas tu inocencia, pues todos tranquilos, cuando el cuate ese salga del bote, ni quien se acuerde del crimen del Bar Bar.

No hay manera de probar premeditación por parte del gerente, el video prueba que ni cerca estaba, así que ni la pistolita pudo ayudarle a sostener. Lo sabe la Procuraduría, lo saben los abogados, lo sabe el acusado, le tocó fletarse por los demás, en lo que cae el verdadero culpable.

Nop, eso tampoco es justicia.

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