lunes, 11 de febrero de 2013

Habíamus Papam

No sé en qué momento, me convertí en morning person. Hoy me levanto a eso del cuarto para las seis (tampoco exagero como mi amigo Pedro que se para a las cinco para correr) sin problema, quedo listo en unos 20 minutos y me lanzo al tráfico defeño antes de que se ponga mucho peor.
Dependiendo del día, si paso a buena hora por Polanco paso por un cafesín y llego brincoteando escalones a la oficina, como el meme de DiCaprio.


De hecho, últimamente avanzo más y mejor entre las 8 y las 10 AM que en otros horarios. ¿Cómo me convertí en esto? Algo tienen que ver años de jefes malencarados, resúmenes de asistencia computarizados y la lenta muerte de la costumbre aquella en la que el jefe podía llegar más tarde que sus subalternos. A cada acción, una reacción, por lo que a eso de las 11 de la noche se me cierran los ojos como cortinas metálicas de changarro callejero. Qué bueno, eso significa que no es cosa de la edad, porque dormir de perdida 7 horas sigue siendo lo mío.
Todo esto viene a cuento porque como a las 7 de la mañana, en pleno circuito, empecé a escuchar la nota de la renuncia del Papa, con Sergio Sarmiento (voy saltando de noticiero en noticiero). Como nuestra conocida vía rápida me ofrecía las condiciones, no pude evitar twittearlo, con un comentario tan docto como un: "oooorale".
La noticia, por supuesto, opacó a todo lo demás que circulaba en la radio, para descanso de quienes estamos hartos de los escándalos mexicanos y vemos con buenos ojos uno internacional. Por supuesto, a esa hora comenzaron los twitters al respecto, que siguieron toda la mañana, para luego extenderse hacia Facebook. Tengo que aceptar que yo soy uno de los que no puede pensar en ese hombre santo sin recordar al Emperador Palpatine.


Los tweets se convirtieron en memes en tiempo récord. ¡Antes de mediodía! Algunos muy simpáticos, otros muy pasados. Yo prefiero los que se ríen más o menos sanamente del asunto, sin cobrar cuentas ideológicas y cantaletas antieclesiásticas.



Por lo mismo, he preferido leer buenos análisis que rumores. Me encantan los twitteros que inmediatamente encuentran razones, como un chamaco que así, por que tiene dedos, sentenció que a Benedicto lo habían renunciado porque no era aceptado por la gente.
En ese tono, pero mucho más informado y mejor argumentado está un artículo interesante de El País, que habla de un rechazo de la "Nomenklatura" vaticana como causa real de algo que por supuesto el mismo Papa se ha encargado de explicar en una carta que muy pocos han leído.
Personalmente me gustó un análisis de la sucesión desde el punto de vista de la Ciencia Política, en donde se concluye que "haiga sido como haiga sido", Benedicto tendrá la posibilidad de influir en la elección de su sucesor, asegurando de alguna manera su forma de ver a la iglesia, que el estudio llama conservadora.
Lo que es cierto es que si bien este Papa terminó con la farsa de Marcial Maciel y enderezó como pudo su obra, tampoco puede reconocérsele como de avanzada. La iglesia no ha cedido ni un centímetro en cuestiones del aborto, la homosexualidad, el matrimonio o el papel de la mujer en sus filas. Hoy quizá condene más fácilmente a los padrecitos pederastas o violadores, pero resulta un tanto iluso que alguien espere un cambio radical por parte del próximo Papa. La iglesia no funciona así, desde el momento que obedece sólo a lo que considera verdades divinas, no a la opinión pública.
Benedicto XVI terminará así, en medio de la polémica, su pontificado. Suponemos que sólo encontrará la paz cuando esté enclaustrado en el convento a donde planea mudarse a partir del 1º de marzo. ¿Recibirá llamadas?

Para nuestra sección "Entérese antes de abrir la boca":



Por si gusta hacer futurismo, aunque los más estudiosos no le han atinado:
http://eleconomista.com.mx/internacional/2013/02/11/posibles-candidatos-sustituir-papa-benedicto-xvi






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